Hoy, 14 de junio de 2025 se cumplen 66 años de aquella gesta heroica que sembró para siempre el ejemplo más luminoso de entrega, dignidad y compromiso revolucionario. Fueron hombres y mujeres profundamente convencidos de que el pueblo dominicano merecía vivir sin dictadura, sin miedo, sin hambre ni opresión. Y por eso dieron la vida, sin pedir nada a cambio.
Pero no nacieron mártires, ni vivieron para adornar altares patrióticos: fueron campesinos, estudiantes, maestras, trabajadores, médicos y soñadores que, en vez de resignarse, eligieron pelear. Manolo, Leandro, Delio, Mayobanex, Diómedes, Iván, Josefa, Mirka… no son nombres para una calle o una escuela vacía. Son ejemplos palpitantes de entrega a una causa que aún nos llama.
A 66 años de aquella gesta, los legados del Movimiento Revolucionario 14 de Junio no son solo memoria: son mandato. Nos llaman a actuar con valentía ética frente al poder injusto, a organizarnos desde abajo por una revolución democrática y popular, con justicia social y soberanía nacional. Nos convocan a embarrarnos de sudor junto a obreros, campesinos, mujeres y jóvenes, a enlazar nuestra lucha con la de los pueblos del continente, y a sostener una moral revolucionaria que no se vende ni se rinde.
Hoy, en un país donde los corruptos y traidores se disfrazan de políticos y patriotas y los “elegidos” negocian en contra del pueblo; donde el gobierno habla de crecimiento mientras crecen el hambre, los desalojos, el saqueo ambiental y el entreguismo, los héroes del 1J4 nos reclaman.
Ellos no murieron por un país de discursos vacíos, de vanas ofrendas florales ni para convertir su sacrificio en un simple espectáculo dirigido a encubrir la penosa realidad montado por quienes traicionan al pueblo desde el Congreso, la prensa o las oficinas del Palacio.
Hoy, 66 años después, con flores y discursos no basta. Si usted quiere verdaderamente homenajear al 1J4, pregúntese:
¿Dónde está su voz cuando desalojan a los pobres? ¿Dónde está su indignación cuando el oro y la plata se van, pero las comunidades se quedan sin agua? ¿Dónde está su compromiso con los sueños de Manolo, si usted firma leyes de entrega, de exclusión y de impunidad?
A los que todavía sienten respeto sincero por ese sacrificio, les propongo:
- Que en cada barrio pobre se realice un acto de concientización y lucha, no de lamento.
- Que se organice una jornada nacional de educación popular bajo el lema: “A los mártires se les honra luchando, no llorando”.
- Que las nuevas generaciones conozcan al 1J4 no solo como mártires, sino como constructores de una alternativa socialista dominicana.
- Que el 14 de junio no se celebre en hoteles ni salones de alfombra, sino en calles, barrios marginados, campos, montañas y aulas rebeldes, donde nació su ejemplo.
Honor eterno a la Raza Inmortal.
Vergüenza para los que usan su nombre y traicionan su causa.
Y fuerza para los que, como ellos, siguen creyendo que el pueblo dominicano nació ser libre, para vencer.
of-am
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