Microrobots creados en Canadá podrían disolver piedras en los riñones sin cirugía

La innovación médica avanza hacia escenarios que hasta hace poco parecían ciencia ficción. Un equipo de investigadores de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá, ha desarrollado unos microrobots tan pequeños que caben en la punta de un cabello, diseñados para eliminar cálculos renales de manera menos dolorosa y más eficaz que los métodos tradicionales.

Estos diminutos robots están compuestos por filamentos blandos cargados con la enzima ureasa, y se desplazan a través del tracto urinario guiados por campos magnéticos. Una vez localizan las piedras en el riñón, liberan la enzima, que eleva el pH y comienza a disolverlas rápidamente.

Aunque los ensayos actuales se han realizado únicamente en laboratorio, los científicos creen que esta tecnología podría abrir la puerta a tratamientos mínimamente invasivos, revolucionando el abordaje de este problema de salud.

Los especialistas estiman que, en un escenario favorable, podrían pasar entre tres y siete años antes de que el tratamiento llegue a pacientes. Sin embargo, advierten que aún faltan estudios en animales de gran tamaño y pruebas sobre posibles efectos secundarios para confirmar su viabilidad en condiciones reales.