Tomar mínimo cuatro vacaciones al año podría ser la mejor forma de reducir el estrés según estudios

Tomar vacaciones al año para reducir el estrés no es solo una idea atractiva. Cada vez hay más investigación que lo respalda. La ciencia ya sabía que las vacaciones mejoran el ánimo y ayudan a descansar, pero en los últimos años comenzaron a surgir estudios que miran algo más específico. No solo cuánto dura una escapada, sino también cuántas veces al año conviene descansar para notar un cambio real en el bienestar.

Diversas investigaciones han mostrado que el efecto positivo de unas vacaciones se nota de inmediato, pero se va apagando después del regreso. En varios trabajos se observa que el beneficio en estrés y agotamiento suele desvanecerse entre dos y cuatro semanas después de volver al trabajo. Por eso, cada vez más expertos hablan de la importancia de distribuir el descanso a lo largo del año.

Lo que encontró un estudio reciente sobre frecuencia de vacaciones

En 2025 se presentó un estudio en la International Conference on Social Sciences and Humanities que analizó justamente la relación entre la frecuencia de las vacaciones y el bienestar psicológico. El trabajo, realizado por las investigadoras Ines Nurja e Ilirjada Bendo, encuestó a 200 personas adultas y midió su nivel de estrés, burnout y calidad de vida.

Los resultados fueron claros. Las personas que tomaban vacaciones con mayor frecuencia tendían a mostrar menos estrés y más satisfacción con la vida. En particular, el grupo que reportó tomar entre tres y cuatro vacaciones al año fue el que mostró los niveles más bajos de estrés y los indicadores más altos de bienestar general.

Es importante aclarar que no todas esas vacaciones eran viajes largos o costosos. En muchos casos se trataba de escapadas cortas, fines de semana o descansos relativamente sencillos, pero bien aprovechados para desconectar de la rutina.

Este estudio no pretende fijar una “receta perfecta”, pero sus datos sí apuntan a una idea concreta. Tomar mínimo cuatro vacaciones al año podría ser una forma muy efectiva de reducir el estrés de manera sostenida, siempre que esas pausas se vivan como un tiempo real de descanso.

Qué dicen otros estudios sobre cuánto dura el efecto de las vacaciones

El trabajo de Nurja y Bendo se suma a una línea de investigación más amplia. Revisiones científicas y meta–análisis sobre vacaciones y bienestar han encontrado un patrón que se repite. Durante las vacaciones las personas se sienten mejor, pero ese efecto tiende a desvanecerse una vez que regresan al trabajo.

Algunos estudios han medido este “efecto vacaciones” semana a semana. Varios de ellos muestran que la mejora en el ánimo, el sueño y la sensación de recuperación es muy marcada justo después del viaje, pero empieza a bajar durante las semanas siguientes hasta volver cerca del nivel previo.

Esto no significa que las vacaciones no sirvan. Al contrario, los investigadores concluyen que sí tienen un efecto positivo, pero que ese beneficio es temporal, por lo que tiene más sentido pensar en descansos frecuentes que en una única pausa al año. De ahí surge la idea de que varias vacaciones al año para reducir el estrés pueden ser una estrategia más inteligente.

Cómo influyen las vacaciones frecuentes en el estrés del día a día

Cuando una persona solo se toma una gran escapada al año, pasa muchos meses acumulando tensión. La carga laboral, las responsabilidades familiares y las preocupaciones económicas se suman una sobre otra. Esa acumulación favorece el agotamiento emocional y la sensación de estar siempre al límite.

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En cambio, cuando se distribuyen varias vacaciones al año para reducir el estrés, el cuerpo y la mente reciben pequeñas “ventanas de recuperación” más seguidas. Cada pausa permite que el sistema nervioso baje un poco la alerta. El resultado es una curva de bienestar más estable, con menos picos de cansancio extremo y menos sensación de estar desbordado.

Según los autores del estudio de 2025, esta combinación de frecuencia y descanso real se asocia con menor estrés, menor burnout y mejor calidad de vida, incluso cuando las vacaciones no son muy largas.

No hace falta viajar lejos, pero sí desconectar de verdad

Otro punto que aparece en la literatura científica es que no hace falta viajar muy lejos para obtener beneficios. En varios trabajos se analizaron también las llamadas “microvacaciones” o escapadas cortas. Estas pueden ser un fin de semana, unos días en la naturaleza o una visita a otra ciudad relativamente cercana. Aun así, mostraron mejoras claras en estrés y bienestar justo después del descanso.

Lo que marca la diferencia es la capacidad de desconectar de verdad. Las investigaciones señalan que las personas que logran despegarse del correo, reducir el trabajo extra y dedicarse a actividades que disfrutan, obtienen beneficios más duraderos que quienes siguen pendientes del teléfono o de las tareas laborales durante el viaje.

Por eso, cuando hablamos de tomar mínimo cuatro vacaciones al año para reducir el estrés, no se trata de acumular sellos en el pasaporte. Se trata de construir pausas conscientes, en las que el cerebro entienda que puede bajar la guardia.

Vacaciones al año para reducir el estrés como parte de un plan de bienestar

Las conclusiones de estos estudios no significan que todo el mundo pueda, de un día para otro, pasar a tener cuatro grandes viajes al año. Lo que sí proponen es un cambio de enfoque. En lugar de pensar en unas vacaciones como un premio lejano, muchos expertos sugieren integrarlas como parte de un plan de bienestar anual.

Eso puede incluir fines de semana desconectados, días libres planificados, escapadas cortas o combinaciones de trabajo remoto y descanso en otro entorno. La clave está en que esas pausas sean reales, frecuentes y respetadas como tiempo personal.

La investigación más reciente coincide en dos puntos. Primero, que las vacaciones tienen un impacto positivo y medible en estrés, bienestar y calidad de vida. Segundo, que ese impacto es limitado en el tiempo, por lo que distribuir varias vacaciones al año para reducir el estrés parece una de las estrategias más sencillas y efectivas para sentirse mejor durante todo el año.