Haitianos amanecieron en calles festejando el boleto al mundial

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Puerto Príncipe, 19 nov.- Los haitianos esperaron el amanecer en las calles festejando su boleto para la Copa Mundial de Fútbol de 2026, una oportunidad que se les escapaba una y otra vez entre los pies desde 1974.

El último silbatazo del partido contra Nicaragua, que les permitió dos goles sin ningún tipo de reciprocidad, fue suficiente para que anoche llovieran balas de diferentes calibres en Puerto Príncipe y otros puntos del país antillano.

Al momento ya había una fiesta callejera, que unía una barriada con otra, entre gritos, euforia y sirenas. Algunos en motos y la mayoría danzando al ritmo de la rara, una danza tradicional enérgica sin coreografía que impresiona a lo que nacieron en otras latitudes.

No hubo orden, ni cordura, aunque toda la policía estaba desplegada en la ciudad debido a la lucha antipandillas, pero los aficionados y los no seguidores de la disciplina estaban fueran de sí, se trataba de su querido y sufrido Haití.

Se miraban, se abrazaban entre conocidos y desconocidos, y con el boleto del mundial ya en las manos, no se los podían creer, necesitaban de un pellizco colectivo para confirmar que no estaban soñando, simplemente habían logrado un sueño.

Un comentarista en medio de la exaltada narración expresaba que el fútbol no acaba con las guerras, ni con las crisis, ni  la hambruna, ni mucho menos con la pobreza, pero sin dudas ofrecía algo que procuran siempre los seres humanos: la felicidad.

of-am

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