El Senado de la República, previa evaluación de la Cámara de Diputados, eligió a los cinco miembros de la Cámara de Cuentas de la República (CCRD), quienes fueron juramentados el pasado 23 de abril, mientras que el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) decidió, el pasado 3 de octubre, no confirmar a tres jueces de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).
Dichas decisiones fueron conforme a las leyes y procedimientos institucionales vigentes. No obstante, en la oposición política y amplios sectores de importantes organizaciones de la sociedad civil, ambas decisiones produjeron escozor y esta pregunta:
¿Con estas sectarias decisiones, el gobierno del PRM-Abinader gestiona un blindaje a futuro? Al respecto, nuestra preocupante reflexión:
En el Congreso Nacional, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con y sin aliados, cuenta con la mayoría calificada para elegir a los cinco miembros de la CCRD, quienes, desde el inicio del proceso, fueron pública y previamente señalados como “cartas marcadas” por sus afinidades con el gobierno” para ocupar dichos cargos. No obstante las serias objeciones de carácter ético que surgieron antes de materializar la elección de los nuevos titulares de la CCRD.
Todo lo contrario acontecimiento con el proceso de evaluación de los tres jueces miembros de la SCJ: El CNM realizó la evaluación de los magistrados Pilar Jiménez Ortiz, Manuel Alexis Read Ortiz y Moisés Ferrer Landrón, quienes habían cumplido los siete de años de haber sido escogidos, por lo cual, el CNM tenía la competencia legal de sus confirmaciones, en base a los resultados de las evaluaciones de cada uno.
Los tres jueces obtuvieron evaluaciones excelentes, sin ninguna objeción ni mancha en el desempeño de sus funciones. Pero ¡Oh sorpresa! Ninguno de los tres fue confirmado, como consecuencia de la votación de los miembros del CNM: Cuatro de los siete miembros votaron afirmativos, suficientes para quedar confirmados. Ahí viene la interesante e intrigante votación:
A favor de la confirmación votaron el senador Omar Fernández, el diputado Tobías Crespo, la Procuradora General de la República y un magistrado de la Suprema Corte. En contra de la confirmación, como línea política determinada, votaron: el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, el presidente del Tribunal Constitucional Napoleón Estévez y el presidente Abinader. ¡Un empate!
Entonces, ni corto ni perezoso, ¡decidió el presidente Abinader, usado el doble voto de calidad, por lo cual los tres magistrados, a pesar de sus excelentes hojas de servicios ¡No fueron confirmados!
¿Por qué le hicieron esa maldad?
Sencillo, hay dos vacantes de jueces en la SCJ y con estas tres vacantes, ahora ¡disponen de cinco plazas para nuevos jueces de la SCJ! Recuerden el viejo y feo clisé: “el poder es pa’usarse”
Ahí se van a designar, en los próximos días, a cinco nuevos miembros de la SCJ para consolidar “la justicia independiente” que, junto con las “auditorías maquilladas y/o manipuladas mediante técnicas profesionales” de la CCRD «independiente», que actuará ante tantos escándalos de supuestos actos de corrupción en instituciones gubernamentales, se convertirán en el perfecto traje blindado de los actuales funcionarios del gobierno del PRM-Abinader.
Todo esto es previendo. «Más vale prever que remediar» “por si las moscas”. Ya saben, por ahí viene el 2028 que podría traer un cambio de gobierno y “uno no sabe, las vueltas que da la vida!. Por eso la pregunta: ¿es válido construir un blindaje a futuro?
jpm-am
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