China prueba perros robóticos y drones de ataque en simulacro de invasión a Taiwán

Aunque recientemente ha disminuido la tensión comercial entre Estados Unidos y China, Taiwán continúa siendo el punto más delicado en la relación bilateral. Pekín mantiene abierta la posibilidad de una acción militar contra la isla, y su Ejército ha incrementado maniobras en el Estrecho de Taiwán con el objetivo de mostrar capacidad ofensiva y ejercer presión constante.

En ejercicios realizados a finales de octubre, el Ejército Popular de Liberación (EPL) empleó por primera vez robots cuadrúpedos armados y enjambres de drones de ataque como parte de un simulacro de desembarco anfibio. Imágenes difundidas por medios estatales muestran una operación en la que, tras recibir fuego defensivo, las tropas activan sistemas autónomos para abrir paso al avance militar.

Estos dispositivos —apodados “lobos robóticos”— fueron utilizados para abrir brechas en defensas como alambradas y trincheras en pocos minutos, mientras los drones reducían el tiempo entre la detección y neutralización de objetivos a menos de 10 segundos. Otros robots asistieron en transporte de munición, suministros y apoyo a tropas aerotransportadas.

La nueva táctica china —denominada “operaciones marítimas inteligentes”— busca reemplazar los tradicionales asaltos masivos de soldados, reduciendo pérdidas humanas al colocar a las máquinas al frente del ataque. Los robots pueden operar armados con fusiles o explosivos, alcanzan velocidades de 20 km/h, tienen autonomía de más de dos horas y cargan hasta 20 kilos.

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Durante las pruebas, un solo operador humano controló simultáneamente nueve robots y seis drones, utilizando una interfaz 3D de visión en tiempo real. Según analistas chinos, esta integración hombre-máquina podría cuadruplicar la capacidad de acción frente a un pelotón convencional.

Sin embargo, especialistas advierten que esta tecnología aún no está lista para un conflicto real. Los robots carecen de protección blindada, presentan dificultades para operar ocultos en terreno abierto y son vulnerables a interferencias y fallos de comunicación. Además, siguen dependiendo de que los drones neutralicen defensas clave antes del avance de tropas.

Pese a estas limitaciones, los ejercicios reflejan la intención de China de acelerar su modernización militar y reforzar su presión sobre Taiwán, mientras Estados Unidos continúa respaldando la defensa de la isla en un escenario geopolítico cada vez más tenso.