
WASHINGTON 16 Abr.- La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ha asegurado este miércoles que Kilmar Ábrego, el hombre deportado por un «error administrativo» a El Salvador, «no regresará» a territorio estadounidense, confrontando así directamente con el Tribunal Supremo, que ha ordenado lo contrario a la Administración Donald Trump.
Bondi se ha hecho eco de las declaraciones del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, quien esta misma semana ha visitado la Casa Blanca y junto a Trump ha asegurado que no enviará a Ábrego de vuelta a Estados Unidos. «No va a regresar a nuestro país, el presidente Bukele dijo que no lo enviaría de regreso», ha manifestado.
Así, Bondi ha señalado que, bajo la interpretación de la Administración Trump, la orden del Supremo de «facilitar» el regreso de Ábrego al país pasaba por poner a disposición de El Salvador los recursos necesarios para la deportación. Sin embargo, Bukele no lo ha solicitado, por lo que Washington se desentiende del asunto.
Ábrego fue deportado a mediados de marzo como parte de las políticas impulsadas por Trump para expulsar a los migrantes ilegales del país, si bien en este caso el ciudadano salvadoreño gozaba de estatus de protección temporal concedido por un juez en 2019 tras abandonar su país de origen huyendo de la violencia.
ORDEN DE LA JUEZA
La jueza federal Paula Xinis ordenó su repatriación, si bien la Administración Trump recurrió al Tribunal Supremo para que bloqueara la decisión. Sin embargo, el máximo tribunal estadounidense respondió que el Gobierno debía «facilitar» el regreso de Ábrego, pero sin dictar ninguna orden concreta al respecto.
Organizaciones de derechos civiles han cuestionado la falta de garantías o directamente la legalidad de estas deportaciones masivas impulsadas por Trump, especialmente después de que un juez federal ordenara su paralización por considerar inadecuada la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, que data de finales del siglo XVIII.
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