El Show del Mediodía: insultos, estridencias e irrespeto al público

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EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo

El Show del mediodía es un programa de comentarios y variedades de la televisión dominicana, que con el tiempo ha ido degenerando a la estridencia, al insulto a los invitados, al afán protagónico de su elenco y al irrespeto al público que lo ve.

He estado dejando de verlo, no sólo por su desorganización en la participación de sus integrantes en los comentarios y debates que se realizan, en las entrevistas y temas de actualidad, sino porque se ha montado en la ola de producir espectáculos de mal gusto, que ofenden al televidente.

Sus integrantes opinan, sin control y en la mayoría de las veces quieren ser los protagonistas de la película, incluso, muchas veces por encima de los entrevistados, que en ocasiones no los dejan hablar ni expresar sus opiniones. Además, como cualquiera que hable por un micrófono, todo lo saben y todo lo solucionan.

En varios programas algunos de ellos utilizar lenguajes destemplados, ultrajantes, burlesco e injuriosos con determinados entrevistados, como si ellos fueran gallos de peleas en una gallera, que tienen que devolver golpe por golpe, y mientras más fuertes mejor.

Angel Martínez 

Uno de esos programas fue el trasmitido este jueves 30 de julio, cuando entrevistaron al comunicador Ángel Martínez, desde la Clínica Cruz Jiminián, donde había sido llevado para practicarle exámenes médicos, luego de salir de la cárcel.

Antes de la primera pregunta, el señor Martínez, que enfrenta varios juicios por presunta difamación e injuria, uno de los nuevos integrantes de espacio, llamado Emilio Ángeles dijo: “A él le encanta salir al aire. Le encanta. A él le encanta un micrófono”, en una evidente burla e irrespeto al entrevistado.

El productor Iván Ruiz, que con frecuencia pierde el control de la conducción, le preguntó a Martínez que como se siente, y que espera que lo esté cogiendo tranquilo y suave, a lo que éste contesto: “un placer estar en tu programa. Yo me siento como mucha fuerza para seguir Luchando”. Varios de los entrevistadores exclamaron: ¡Ah bueno!

Luego Martínez, sin ninguna mesura, dijo: “Da mucha pena y vergüenza ante el país, que jóvenes como ustedes, que no tienen una diabetes tan alta, que están lleno de vitalidad y que están lleno de dinero del gobierno, sean tan ruines, al hablar de sopa”.

Frente a eso, el señor Ángeles lo interrumpió abruptamente y le respondió: “!Usted es un fresco, irrespetuoso, cobarde, abusador, rastrero. ¡Coño!”.

El debate continuó con intercambios de opiniones con otros panelistas, pero, el señor Ángeles volvió a usar el micrófono de forma exabrupta cuando dijo: “!Iván, Iván perdón! ¡Y él dice servidores públicos! Entonces el hijo de Arnulfo Gutiérrez de Santiago ¿es servidor público? Lo que pasa es que este carajo ha puesto de relajo a este país. Este falso detective. ¡Coño!, que hay que desnudarlo. ¡Abusador!. Si Hatuey Decamps tuviera vivo, coño, tú tuvieras golpeado ya, abusador, coño”.

Ausencia de reflexión

El episodio, es un caso típico de lo que no puede pasar en el periodismo. Los entrevistadores se pueden encontrar con personas difíciles o insultantes, pero ellos deben tener la capacidad y la formación académica e intelectual para controlar la situación y poner el orden y respetar al público, lo que evidentemente una parte de los comunicadores del Show del Mediodía no tiene.

El periodista que insulta, ofende y dice malas palabras, provoca la degradación del medio e irrespeta a los lectores, oyentes o televidentes. Una de las obligaciones del buen periodista es utilizar una buena lexicología porque el público merece respeto, y porque además, demuestra su preparación y su formación intelectual.

En lo que hemos visto, hay una evidente ausencia de reflexión, al intentar enfrentar de la misma manera a un entrevistado, utilizando la vulgarización como una herramienta de respuesta y de manera impune, lo que constituye una evidente degradación, que el público, principalmente el infantil y juvenil, no tiene por qué soportar.

Por la falta de educación y buena formación, muchos de los que hablan por los medios de comunicación no pueden entender que en el idioma español hay múltiples formas elegantes de sustituir las groserías y el lenguaje soez.

La utilización de malas palabras en programas, principalmente como El Show del Mediodía, las autoridades no deberían permitirlas, porque los medios de comunicación deberían ser entidades pedagógicas y no de perversión del lenguaje.

Las groserías, las malas palabras y los insultos son una forma de agresividad que tienen muchas personas de expresar y escribir sin filtros lo que sienten y piensan. Son también, una categoría del lenguaje y la escritura que procura comunicar en pocas palabras con un alto contenido emocional y exceso de la razón, con la intención de intentar sacar del combate o herir profundamente al insultado.

Cuando se insulta, como en el caso de la especie, el deslenguado se llena de satisfacción al descargar toda su ira contra personas que a veces no conocen o no las han tratado, y sienten mucho más placer, cuando otros iguales les siguen la corriente.

En conclusión, consideró que lamentablemente el Show del Mediodía es otro programa más que se ha sumado a la moda, ya que ha caído en la estridencia, las malas palabras, el insulto, la burla, la falta de profesionalismo, la madurez conductual, la vulgaridad y la ausencia de reflexión.

Posdata: El autor es periodista y abogado de la República Dominicana. Director del periódico digital “libertaddeexpresión.net” y del programa de televisión “Libertad de Expresión.

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