Exvicepresidente dice en RD ha operado «cártel del cambio»

«En política, un cártel es un grupo de funcionarios públicos, compañeros de partido y empresarios, que se coluden deliberadamente para malversar fondos públicos y hacer negocios al amparo del Gobierno. Los motivan la codicia y las ansias de poder. Desfalcan las arcas públicas, traicionan al pueblo y engañan a los votantes que los eligieron.

Hemos visto esta semana cómo Senasa ha sido destruida por el «Cártel del Cambio» y en esta misma columna hemos denunciado que los programas de protección social correrán la misma suerte. Veamos su calendario de actuación.

Primer acto: En agosto del 2020 el PRM llegó al Gobierno sin planes ni proyectos. Tan pronto se sentaron en Palacio, cayeron en cuenta de su inexperiencia y falta de oficio en el manejo de los asuntos públicos.

Se percataron de su desconocimiento de las realidades y de las necesidades de las personas, y de la carencia de un equipo comprometido y capacitado para resolver los ingentes problemas del país.

Ante la incapacidad para generar cambios relevantes, decidieron utilizar los fondos públicos para conservar el poder y hacer negocios.

El 7 de diciembre del 2020, a 113 días de la toma posesión, comenzó la mudanza de la democracia por la Bonocracia. Empezó la entrega del Bono Navideño para beneficiar a un millón de familias, con RD$1,500.

Empezó la destrucción de la institucionalidad social que funcionó entre 2004 y 2020. Se entregó la responsabilidad de la administración de las tarjetas de débito al Banco de Reservas, se quitó el nombre, el apellido y el número de cédula de los beneficiarios, y se dejó de publicar los listados de estos.

Segundo Acto: Ante la ausencia de un plan de reactivación para impulsar el crecimiento, la recuperación de los empleos perdidos y contener el incesante aumento de precios, asumieron que la política económica navegaría con «vientos de cola», y concentraron su narrativa en lo social.

Ante sus tempranos apetitos reeleccionistas, cayeron en cuenta de que la política social cumplía un doble propósito. Los pobres se asumirían como botín político y los recursos fiscales generarían negocios para los amigos.

Su inexperiencia en materia de políticas públicas limitó los aportes del «Cártel del Cambio» a la modificación del nombre de la estrategia de política social Solidaridad por Supérate, y el del programa Comer es Primero por Aliméntate.

Degradaron la institucionalidad y trasgredieron la normatividad del Siuben. Abultaron deliberadamente el número de beneficiarios de Aliméntate (Comer es Primero), Bono Gas y Bono Luz.

Mientras que en 2019 el total de beneficiarios de Comer es Primero se estimó en 825,275 hogares, en 2021, 2022 y 2023 Aliméntate se entregó a 1,327,309, 1,343,450 y 1,511,251 hogares, y en la actualidad se asigna a 1.5 millones de familias.

No hay justificación para que el Gobierno entregue transferencias a 1.5 millones de hogares. En el 2024 las estadísticas oficiales contabilizaron 92,769 familias en situación de extrema pobreza y 628,786 en condición de pobreza moderada. Entre ambas acumularon 721,559 hogares. Las transferencias monetarias duplican el número de familias habilitadas para recibir el subsidio alimentario.

Como el aumento de beneficiarios de Aliméntate les pareció insuficiente para afianzar sus ambiciones reeleccionistas, apostaron a la carta ganadora: «La Brisita Navideña». Mientras que en 2020 entregaron 300 mil tarjetas de débito, en 2021 el número escaló a 1,750,000, en 2022 a 2 millones, en 2023 a 2.5 millones y en 2024 se elevó a 3 millones. Incluso se especula que el pasado diciembre la emisión de tarjetas se ubicó entre 5 y 6 millones.

Tercer Acto: Como la compra de votos con Aliméntate, Bono Gas, Bono Luz y La Brisita Navideña les permitió comprar la reelección de mayo de 2024, decidieron «blanquear el negocio» y desparecer la ADESS.

Contrataron una empresa privada para generar y distribuir las tarjetas de débito con un pequeño cargo de RD$600 y RD$100, por emisión y distribución, respectivamente.

En solo 5 años del mal llamado gobierno del cambio, el total de tarjetas oficialmente emitidas entre 2020 y 2024 por «La Brisita Navideña» se ubica alrededor de 9,550,000, lo que representa un tsunami navideño en torno a los RD$6,685 millones para los buenos amigos.

Como dinero llama dinero, para el negocio decidieron renovar las tarjetas de débito del programa Aliméntate. La emisión de 1.5 millones de tarjetas generará ingresos por RD$1,050 millones. A los amigos, buen abrigo.

Y ahora vuelve la “Brisita Navideña”, y los afortunados emprendedores amigos del Gobierno recibirán un tsunami navideño de solo RD$ 2,100 millones si se emiten 3 millones de tarjetas, y podría aumentar RD$3,500 millones si generan 5 millones de tarjetas para repartirlas de manera discrecional como lo hicieron en 2023 y 2024.

Epílogo: Con las necesidades del pueblo no se juega ni se lucra. Ya jugaron con su salud, y hemos visto el escándalo Senasa esta semana, y todo parece indicar que la protección social se encamina por el mismo sendero. En 2028, se van».