El clientelismo político es el principal obstáculo que ha impedido que Leonel Fernández en sus dos últimos períodos; Danilo Medina en sus ocho años; y el actual presidente Luis Abinader, inicien un proceso de mejora del gasto público significativo, y con ello lograr equilibrar las finanzas públicas y al mismo tiempo darle un respiro a la deuda.
La principal zanahoria que tienen los políticos chatarras para ofrecerles a la legión de burros políticos votantes que conforman el sistema electoral dominicano, es precisamente un empleo en la ya sobre abultada nómina pública.
Así que, como consecuencia del miedo a perder apoyo electoral (dejando de ofrecer ese empleo que no existe pero que perfectamente se crea), ninguno se ha atrevido a intentar mejorar el gasto público, ya sea eliminando los más de 200 mil empleos innecesarios que actualmente hay; los sobresueldos; eliminar la duplicidad de funciones (aunque esta gobierno ha hecho algunas fusiones); las nominillas; las nóminas ocultas; los contratos totalmente innecesarios de publicidad gubernamental; los gastos superfluos; etc.
Y como el PLD y el PRM en su momento han tenido mayoría mecánica en el Congreso Nacional, nadie está dispuesto a dar un paso al frente. Seguirán con el overroll de la deuda, es decir, contratando, con la anuencia de los borregos en el Congreso Nacional, deudas nuevas para seguir pagando las deudas viejas.
Y como la inmensa mayoría de los que votan (el 80% del 54% que votó en las elecciones pasadas) no comprende absolutamente nada de todo lo anterior que hemos escrito, seguirá creciendo la nómina pública; se seguirán beneficiando personas que no califican para los bonos navideños; se seguirán repartiendo los cariñitos durante todo el año, las cajas de comida, y el día de las elecciones, los pica pollo y los famosos 500 o mil pesos, que son los que logran que la gente decida ir a votar el día de las elecciones.
jpm
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