EL AUTOR es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach.
Como algunos pocos saben, América es todo un continente que navega desde Canadá hasta la punta aislada de Chile. Todos los habitantes de los 35 países «independientes» y los «otros» 25 dependientes conforman el territorio americano.
Sin embargo, y al parecer, ese nombre se lo robaron hace tiempo los gringos, como también se han robado la mayoría de las riquezas de los demás países del continente… Eso también lo saben pocos.
En fin, que este latido va dirigido a los acontecimientos que hoy suceden en los Estados Unidos «de América» por razones de inmigración y demás desmadres que está ocasionando el actual «flamante inquilino» de la Casa Blanca.
La inmigración es un acto que debe ser regulado en todos los países del mundo, ya que con esto se trata de evitar la presencia de individuos o «individuas» con malos hábitos que atenten contra los que ya están probados como «buenos ciudadanos»…
Las cárceles en América, es decir, «Estados Unidos», están llenas de esos «buenos ciudadanos» nacidos, ¡precisamente aquí! Bueno, también de otros nacidos por ahí… Seamos justos.
El caso es que «América», por ser el último continente en ser descubierto… Espérate, no sé si Australia fue después; déjame confirmarlo con Google… Sí, Australia fue después (1770) y el último, la Antártida, en el siglo XIX.
Retomando la pausa «instructiva», por ser América uno de los últimos en descubrirse y tener un territorio tan vasto; 42 millones de kilómetros, mientras que Australia apenas 7 y la Antártida 14, aunque esas cifras no son fiables, América terminó siendo ocupada por ciudadanos de todo el mundo.
Ciudadanos que terminaron pariendo hijos que luego negaron la ciudadanía de sus padres y se empeñaron en «crear otras distintas», promoviendo con ello la separación «en excremento» de los hombres…
35 países «independientes» y otros 25 que no lograron desembarazarse de los abuelos terminaron componiendo el continente, creo que ya lo dije? humm. De aquí, el país más desarrollado y al que todos quieren vivir es al que le tocó el nombre más difuso: «Estados Unidos de América»…
En este lugar, en donde resido hace más de 40 años, se dio el fenómeno de aceptar a todo el que viniera de donde viniera y, encima, se le otorgarían los mismos derechos de los nacidos aquí.
La belleza del hombre en su máxima expresión, un lugar en el que todos nos sintiéramos iguales y nos aceptáramos por encima de todas las pendejadas culturales de las que estamos formados.
Una tradición que nació desde el mismo principio de la nación y es que estos también eran hijos de inmigrantes, como en verdad somos todos, comenzando por «Adán y Eva», quienes fueron «traídos» aquí, quién sabe de cuál de los millones de planetas que hay por ahí…
En fin, el lío que tenemos ahora es que empezamos a expulsarnos unos a otros y terminaremos por dejar a «América» (Estados Undidos) más sola que aquella vez en la que llegaron los primeros asiáticos, cruzando por el estrecho de Bering hasta Alaska…
Entiendo que algunos se sientan ser «más puros» que otros, por haber nacido aquí, pero lo que no debemos perder de vista es que este país se hizo el más grande del mundo gracias a la diversidad, tolerancia y armonía…sin mencionar los atropellos.
Atribuciones estas únicas en el mundo y las que han venido creando las condiciones para que el planeta termine en fundirse en una sola nación y no en las 195 existentes más las dos «en veremos», como son el Vaticano y la «a punto de desaparecer» Palestina…
El revuelo de Los Ángeles, California, expresa ese logro alcanzado, sacando los robos e incendios, y su lucha por evitar que se pierdan todos los atributos que ha conseguido «América» al fundar en una sola todas las razas del planeta.
¿De quién es América? Pues ya América no es de los americanos; América somos todos los habitantes del planeta que han encontrado aquí, el lugar donde «esos todos» se funden en uno.
Ni un solo hombre, ni millones de «nacionalistas» insensibles lograrán parar la fusión de todos los países del planeta en su búsqueda de un mundo mejor.
Estados Unidos de América es la vía de esa unión planetaria. Debe continuar abriendo sus puertas, sin perder el orden y la información precisa de todos los que aquí llegan, y ¡ojalá! volvamos a retomar el rumbo para alcanzar la meta de un solo planeta, un solo tipo de ser humano. ¡Salud! Mínimo Américo Vespuci.
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