Ser haitiano dentro fuerzas armadas es un privilegio (OPINION)

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El autor es licenciado en Diplomacia y Servicios Internacionales. Reside en Santo Domingo

La frase «la historia se repite» es una expresión que destaca hechos que no hemos mejorado o cambiado y ocurren similitudes, en otros casos ocurre una involución. Es importante conocer la historia para comprender el presente.

Los dominicanos hemos luchado en cuerpo y alma por nuestra soberanía. Desde la Primera República hemos presentado batalla a invasores, pero también hemos sido víctimas de maquinaciones y perversos que han traicionado los ideales de los héroes libertarios.

La historia de la Primera República es imposible narrar sin el gran guerrero Tte. Gral. Pedro Santana, y su lucha con enemigos internos como lo fue el «hombre de paja», carente de carácter y traidor como el Gral. Manuel Jiménes.

Este general nació en Cuba y no se sentía identificado con el país. En la actualidad nuestro presidente se siente libanés. El Gral. Jiménes manifestó patriotismo antes de ser presidente del país y un cambio favorable, jurando ante la Constitución defender la soberanía contra Haití.

El gobierno de Jiménes tuvo desde sus inicios muchas esperanzas y expectativas de ser un cambio. La forma liberal y de presentarse como un verdadero trinitario terminó siendo una decepción y el país estuvo al punto de perder la soberanía ante el imperio de Haití.

Manuel Jiménez González

El Gral. Jiménes recibió el poder ante las amenazas de invasiones haitianas. El Gral. Santana tenía un presupuesto acorde a la necesidad militar y a las amenazas, pero Jiménes decide reducirlo. Este general trinitario dispuso la desintegración de los cuerpos de Infantería del Ejército para que sus hombres pasaran a trabajar en el campo. La defensa se redujo a lo más mínimo y la inversión en activos militares era mínima.

Crisis

El Gobierno de Abinader pasa por una crisis de identidad, que pocos tienen el valor de decirlo. Hay una decadencia moral y cívica en las FFAA e instituciones claves fueron eliminadas. Ser haitiano dentro de las fuerzas armadas es un privilegio y forman en las primeras filas.

El presidente Jiménes hizo amnistía y vinieron los «trinitarios», menos el Gral. Juan Pablo Duarte, todos formaron parte de su gabinete. Los seguidores de la Trinitaria pusieron en aprietos al pueblo dominicano cuando en el año 1849, luego de ser coronado el emperador Faustino I, decide invadir y anexar nuestro territorio. Nuestro país tuvo muy mal recuerdo de Boyer y Núñez de Cáceres.

El bautismo de fuego le había llegado a Jiménes y a los trinitarios, el 21 de abril de 1849, cerca de Baní, provincia de Peravia, se llevó a cabo un conflicto, Batalla de las Carreras, el que más cerca estuvo de la capital, y donde las tropas haitianas iban destruyendo todo lo que estuviese en frente. Según cónsules, «allí huyó todo el que pudo». Once generales trinitarios salieron en desbandada, incluyendo a Matías Ramón Mella, Antonio Duvergé y Francisco del Rosario Sánchez.

El Gral. Jiménes se negó a llamar a Santana, hasta que el Gral. Buenaventura Báez, presidente del Congreso, por encima del presidente y facultado para decisiones en defensa del país, por decreto, hace un llamado al Gral. Pedro Santana. Ante la inminente derrota del ejército nacional, el Congreso Nacional convocó a  Santana para que se hiciera cargo de esta gran amenaza y situación militar. Santana triunfó al mando de 300 hombres alegando que la victoria  se debió a la Divina Providencia y al valor del pueblo dominicano.

No es difícil asimilar que por complejos de inferioridad y delirios de grandeza,  Souluque invade   la República Dominicana y estuvo a punto de tener éxito en la conquista, pero su ejército huyó despavoridos y «en pellejos». El Gral. Santana en sus partes narra que murieron 3 generales, en sus charreteras eran dos de dos estrellas y uno de una estrella.

Hay que destacar una invasión que no se menciona en nuestra historia, y es la del año 1850, donde se produjo una segunda invasión. Los haitianos recibieron el apoyo de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos y fueron detenidos por Santana. El Gral. Jiménes tenía influencias con el Reino Unido. Precisamente, de esos países han salido los principales enemigos del pueblo dominicano, antes y ahora, en todos ha sido visto el presidente compartir con agendistas y líderes fusionista y nadie sabe los motivos.

En 1855, Soulouque entró en la República Dominicana al frente  de su gran ejército equivalente a cinco o seis divisiones, pero tuvo que retirarse. Durante sus tres expediciones, tuvo que enfrentarse al general Pedro Santana, hombre que a diferencia de los trinitarios y de Jiménes, sabía pelear.

Debemos destacar que Soulouque fue  abiertamente un seguidor de la religión africana del vudú, hoy día este gobierno contribuye al vudú, quitar la biblia y una revolución étnica sin precedentes. El actual presidente en el año 2018 juró  que el país será  abierto a los sufridos haitianos marginados.

Los militares descendientes de haitianos o haitianos,   aún tengan documentos falsos, son vistos como superiores a blancos y mestizos. Sus paisanos cierran calles frente a recintos y se atrincheran ante el Gobierno dominicano. Simplemente, han sido acciones históricamente inaceptables

Discurso Abinadser

El discurso de Abinader arrojó prejuicios, complejos, odio y la discriminación contra los criollos (los mismos sentimientos obviamente reflejados), algo nunca visto en la historia y que la sociedad haya elegido alguien que desafío la identidad nacional sin haber llegado al poder. En la actualidad, la reputación ante el pueblo es de que están vendiendo el país (pero con una encuesta manipulada les sirve de consuelo).

El emperador   Solouque  en 1858 le escribe una carta al Gral. Pedro Santana planteando la «Patria Común» y darle una «mano amiga» ante la gran crisis que atravesaba. Santana busca apoyo militar ante España.En el año 1859 invitó a los habitantes negros de Luisiana, EE.UU., a emigrar a Haití.  Souluque organizó el transporte gratuito a través de buques  a  Haití. Muchos  fueron a Haití  en calidad refugiados huyendo a la esclavitud.

El general Santana no iba a tolerar traición ni la amenaza que implicaba a la soberanía Jiménes, y había iniciado un plan para derrocar al Presidente pocos días después de salir triunfante, el día 9 de mayo de 1849 y el 13 de mayo del año 1849, el Congreso Nacional dirigido por Báez, acusó al Presidente Jiménes de ejercer presión y de poner en peligro la integridad de la República, desorganizado el ejército con sedición y desmoralizado el espíritu nacional. El documento fue leído por el presidente del Congreso, Buenaventura Báez. Fue desterrado del país.

El 22 de diciembre de 1854 muere Jiménes, murió  en el destierro, solo y triste en el Segundo Imperio de Haití, con ello quedando un precedente en la historia de lo que pasa con aquellos que se alejan de los intereses nacionales por complicidad con fuerzas foráneas y con enemigos confesos de la República. El emperador haitiano declara duelo en Haití y honores de Estado.

Concluiremos con esta frase autoría del escritor George Santayana, de su libro “La razón en el sentido común”: “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”…

jpm-am

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