EL AUTOR es ministro cristiano. Reside en La Vega.
En el mundo en que vivimos, siempre ha habido religiones que se pueden considerar de revelacionistas y no reveladas. Esto nos dice que las que son de revelaciones, están manifestando que dioses, o Dios, han revelado el contenido de sus creencias.
Esto trae una condición de fe, ya que tienen que afirmar algo que no han visto, pero todo forma parte de sus convicciones que dirigen sus vidas religiosas , en lugares determinados. Son religiones inanimadas y panteístas.
Los antiguos habitantes de la tierra, antes del famoso diluvio de Noé, se desviaron de la creencia del Dios que más tarde, se reveló a los judíos. Por eso, la historia del judaísmo y del cristianismo se remonta al principio de la fundación del mundo, puesto que se fundamenta en una genealogía, que tuvo diez descendencias lineal hasta llegar a Noé. Esta genealogía, hace posible saber de dónde viene nuestra fe en Dios. es obvio, que sino hubiese sido así, estas dos religiones quedarían en el vacío.
En ese sentido, el judaísmo se fundamenta en la historia de Sem, hijo de Noé, cuya descendencia nos habla de diez generaciones hasta Abraham, quien se convierte en padre del pueblo de Israel, y por ende de su creencias. De ahí que, Isaac y Jacob, vienen hacer junto con Abraham, padres o fuentes del judaísmo, siguiendo la herencia de los que les antecedieron. Esto da a luz al origen de esta religión, y a la vez, de un pueblo muy importante como lo es el pueblo de Israel.
Abraham como fundador del judaísmo, adquiere gran importancia, porque corresponde al segundo mundo y por ende a un nuevo enfoque en el cual Dios se revela a la humanidad. Es un período en el que Dios se da a conocer a través de ángeles, en lugares específicos tanto a Abraham, como a Isaac y a Jacob. Las maravillas que Dios les hace les convence de la existencia de su Dios. Por eso, los descendientes de Israel o Jacob conforman el pueblo de Israel, con una creencia de Dios.
Los demás pueblos como los egipcios, babilonios, medos persas, griegos estaban llenos de creencias en dioses considerados paganos, puesto que sus religiones en gran medida no eran revelacionísta, más bien eran panteístas. Ellos inventaron dioses que podían tocar, cargar, adorar, pedir, entre otras acciones. Esas creencias eran de acuerdo a sus historias, heredadas de sus antepasados, de acuerdo a sus circunstancias. Ellos se habían extraviados y no tenían posibilidades o formas de comprobar su extravío.
El Dios de los judíos, era el mismo Dios que se manifestó a Noé y a todos los que les antecedieron dentro de su ascendencia. Por eso, en el nuevo mundo encontramos una cantidad de personas que creían en el Dios de los judíos, tales como Melquisedec, sumo sacerdote del Dios Altísimo, en Salem; Jetro, suegro de Moisés, en Madian. Esta verdad, amplía la visión del judaísmo, dando un concepto universal de su Dios. Dios siempre se ha manifestado en todas las culturas y ama a todas las personas.
El cristianismo, heredero del judaísmo y de las creencias que habían desde Adán hasta Jesucristo, se fundamenta en la revelaciones hechas por Dios, Jehová, el Dios hebreos, quien se identificó como YO SOY EL QUE SOY. Este Dios, es el Padre de Jesucristo, quien a la vez es el Verbo en el cielo, indicando que son dos Personas diferentes, compartiendo la Trinidad, con el Espíritu Santo. El cristianismo, es la máxima revelación de creencias reveladas por Dios, para la humanidad.
Los cristianos nos fundamentamos en esa historia del Dios con el hombre, desde la creación hasta la manifestación del Hijo de Dios, quien se distancia del judaísmo, edificando una iglesia sobre lo que él representa como Hijo de Dios y el Cristo. De ahí que, los cristianos les tomamos prestado las literaturas, tanto del judaísmo como de la época Patriarcal, no en función de obedecer, pero sí de entender las crencias que tenemos. El cristianismo, representa un Pacto con todos los creyentes en Cristo.
Las religiones se han dividido en denominaciones, debido a las interpretaciones de sus literaturas, sin embargo, siempre hay que ir al original. El cristianismo está muy dividido, a tal grado, que es una vergueza para los fieles creyentes en Cristo. No obstante, Dios no es el culpable, sino los hombres. Hay que volver a las Escrituras bíblicas, donde se presenta a Dios Padre como cabeza de Cristo; Cristo cabeza del hombre y de la iglesia, quien constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, maestros, y pastores en su iglesia.
Si seguimos el plan revelado de Dios, encontraremos una salida a esas divisiones, pero a la vez, debe existir un pensamiento de humildad y comunión entre los cristianos. La división es pecado y condena.
Dios quiere la unidad de su iglesia y de su humanidad. El hombre debe reflexionar y volver al camino de Dios. Las muchas religiones y sus divisiones, no son la solución a los problemas del mundo. Tenemos una religión de carácter universal, el cristianismos, como lo es nuestro Dios, universal,
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