POR MARCELINO LARA
En la medida que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial puedan facilitar la conectividad a nivel global, asimismo la economía digital evolucionará hacia la robotizacion de las actividades económicas y sociales.
Será un cambio radical en que las máquinas no van a sustituir el trabajo humano aunque sí trabajarán como humanos. De hecho nos harán más humanos.
Según una definición clásica, un robot es una máquina controlada por un ordenador y programada para moverse, manipular objetos, y realizar trabajos, a la vez que interacciona con su entorno.
La palabra robot proviene del checo robota, que significa “trabajo forzado”. Este término fue usado por primera vez por el dramaturgo y autor checolovasco, Karen Capek, en su obra de teatro llamada Robot Universales Rosum (R.U.R.) escrita en 1920.
En ese entonces se tenía mucho miedo a las máquinas que realizaban tareas humanas, porque se consideraba que eliminaban puestos de trabajo. Lo mismo que hoy día.
Preocupación
Una de las grandes preocupaciones de la robotización en la economía digital es el impacto que tendrá en el futuro marco laboral.
Muchos piensan que seremos sustituidos totalmente por robots, pero no será así. Más bien los robots nos ayudarán a ser más humanos, y hasta podrán resolver el grave problema de las pensiones en países más desarrollados donde el crecimiento poblacional es muy bajo y en ocasiones hasta negativo.
Los robots trabajarán las 24 horas del día por los humanos mientras los humanos nos dedicaremos por primera vez a ser humanos, que para eso fuimos creados.
Viviremos una vida más sencilla, y de mayor calidad, mientras las máquinas trabajan por nosotros.
Lo más importante es que ya los robots son parte de nuestro estilo de vida. Podemos interactuar con ellos desde la cadena de montaje hasta en las recepciones de grandes eventos sociales.
El avance permanente de las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial como la Inteligencia Artificial (IA), Big Data, Blockchain, Internet de las Cosas (I o T), el asistente virtual y la robótica nos han llevado a interactuar de forma natural con las máquinas, en cualquier nivel de la sociedad en que vivimos.
Por ejemplo, un cajero automático recibe depósito y también expide dinero. Esas dos tareas distintas son todavía realizadas también por cajeros humanos, pero una cantidad cada vez mayor de personas prefieren realizar esas transacciones usando una máquina como intermediaria.
En muchos bancos, todavía se hace una fila para retirar efectivo y otra para depositar.
Los drones muy usados en la agricultura son otro ejemplo de nuestra interacción con las máquinas.
(Este artículo continuará)
jpm-am
Compártelo en tus redes: